FOTOS: NACHO ROJAS ESTILISMO: SARA LAVIN HAIR & MAKEUP: MARCELO BHANU ASISTENTE FOTO: ERWIN BUKACZEK REDACCION: MARIA JESUS ACHONDO EDICION TEXTO: LUCAS RODRIGUEZ SCHWARZENBERG
Con una distancia de ocho horas y dos pantallas, Jose Vidal y Tiago Correa desafían el espacio y comparten una cálida y personal conversación con nosotros. Exponen sus puntos de vista frente a la vida en sociedad y cómo presentarse a la vida bajo sus propios términos. Se abre zoom…

JOSE (mientras esparce la mantequilla por su tostada nocturna): Ya, dónde estás Tiago Correa.
TIAGO: Estoy en México, ciudad de México. Me voy a quedar un mes acá y luego Colombia a filmar una serie hasta septiembre. Después de eso, no sé bien qué voy a hacer..
JOSE: Qué entretenido, ¿puedes contar?
TIAGO: Claro, voy a filmar la tercera temporada de la “La reina del sur”.
JOSE: ¡Esa que le ha ido increíble! Se ganó unos premios y todo, ¿o estoy inventando?
TIAGO: Sí, nos ganamos un Emmy. Increíble, increíble. Ese lo tienen los productores de Telemundo en su oficina eso sí, yo no lo voy a oler siquiera, jajaja. Lo que sí voy a mandar a hacerme uno de plástico para tenerlo yo ahí, ley de “La Asunción”, y me va a llegar. De hecho, ya me llegó.
JOSE: Ah lógico, y ahí ser súper honesto. Como «esto es una réplica de un premio que me gané haciendo la serie tal y que el original existe en la oficina de fulano.»
TIAGO: Exacto.

JOSE: Ya, ¿cómo hacemos esto? O lo estamos haciendo ya…
TIAGO: Lo estamos haciendo yo creo.
JOSE: A ver, de qué te gustaría hablar a ti.
TIAGO: Yo creo que de la visión que tú conoces de mí. Las entrevistas por lo general visitan los lugares comunes para responder a los arquetipos preestablecidos de lo que, supuestamente, es una buena entrevista en nuestra sociedad shilena, lo que creen que le interesa leer a las personas. Siento que los periodistas no quieren descubrir, dejan de buscar quién es la persona que tienen al frente, dejan de querer sorprenderse e incluso redescubrir al entrevistado más a allá de lo que dice en las entrevistas pasadas o lo que pueden googlear. Terminan por caer en un juego de preguntas y respuestas estándar, protocolar y frío.
JOSE: Total…bueno, expongamos lo cálido entonces pues. A ver… según tú, ¿qué se yo de ti que otros no?…
TIAGO: Tú conoces un lado íntimo mío más real. Mis valores, mis visiones sobre ser humano, mi búsqueda de la libertad de cabeza y lucha por la ausencia prejuicios, las ganas de celebrar la vida, mis políticas internas de vida. El hecho de que si me quitan la libertad, yo me muevo. El rollo de ser nómade, de pertenecer a mí mismo más que a una estructura. De que hoy estoy aquí, mañana no tengo idea, mientras algo me llame quiero poder responder al llamado, estar donde me caliente el espíritu.
JOSE: Sipo, justo ahora, muy loco que lo menciones. A los dos nos toca moviéndonos. Sin duda eres un espíritu muy libre. Siento que en los últimos años has sido capaz de ir abrazando con más valentía esa libertad. Quizás antes le temías un poco a tu naturaleza y ahora tienes ese coraje y esa madurez de aceptar lo que eres y saber cómo quieres vivir la vida. Y tienes el valor de escaparte de los espacios donde intentan encasillarte y explorar todas tus dimensiones.
TIAGO: Pasa también que cuando la sociedad te entrega un rol, bien lo abraces o lo reniegues, lo estás validando. Inevitablemente le das poder a ese rol que te están entregando. Yo rechacé mucho tiempo lo que se me exigía, pero hay que encontrar el juego de aceptar y asumir lo que se ve de ti, dejar de pelear tanto y usar a tu favor lo que eres para el resto, hacer humor con eso, jugar con lo que te entregan, ser un bufón para el prejuicio de uno y de los otros hacia ti.
JOSE: Que no se transforme eso en una jaula más, en el fondo.
TIAGO: Claro. Es verdad que yo recién estoy empezando a sentirme más libre, como tú dices, y has estado muy cerca mío en el proceso. Sé que todavía me falta muchísimo.

JOSE: Es verdad. En la cuarentena conversábamos por largas horas. Explícame eso de: “Empezando a sentirme más libre»?.
TIAGO: Ser inmensamente libre puede doler al comienzo por las falsas ideas que uno tiene de sí mismo. Quizás por las palabras que entraron a tu inconsciente de la gente que ha sido importante para ti a lo largo de tu vida. Te dicen que hay que ser alguien en la vida, que hay que tener una estructura…con el tiempo llegué a comprender que, a mí, quedarme quieto me desestabiliza. Por cuestionarme lo pasé muy mal mucho tiempo, por sentir que el techo me apretaba, porque efectivamente jamás sentí mucha pertenencia. Yo no veo la familia como la ve el Chile que me tocó vivir, no veo el amor o el sexo como lo ve el Chile que me tocó vivir. Y creo que las nuevas generaciones están rompiendo con eso, vienen con una visión mucho más global de todo.
JOSE: Están rompiendo con los estereotipos y prejuicios. Yo creo que todavía falta muchísimo, pero es verdad, se lo están cuestionando al menos.
TIAGO: En mi época de adolescente, que es cuando uno se está construyendo lo que será de adulto, lo “correcto”, lo “normal” era tener un trabajo estable y empezar a imponer para tener una buena jubilación y ahí poder hacer lo que tú quieras. Nadie se lo cuestionaba. Si lo hacías distinto te juzgaban, consciente o inconscientemente; eras el raro. Para mí era al revés; ¿por qué no hacer lo que quieres ahora?, me preguntaba. En una de esas después no es ni necesario jubilarse.

JOSE: Es que hay momentos en los que uno tiene que abrazar el papel de “raro”. En que no te queda otra que romper el paradigma establecido para ir en el camino que es para ti nomás. De manera más concreta ¿En qué hecho en tu vida dirías que te tocó enfrentarte a ti mismo, en base a esas ideas de lo preestablecido?
TIAGO: Un momento que me costó mucho tiempo sanar y fue súper fuerte y marcador para mí, fue el término de mi matrimonio, mi separación. Yo me esforzaba en darle fuerza al pensamiento de que estaba haciendo lo correcto, que era lo mejor y lo más sano porque era lo que sentía, pero la presión de la opinión de todos quienes te rodean que te dicen que la separación es un fracaso era enorme. Después de un tiempo logré entender que sí fue una derrota, pero no un fracaso. Entender que no tenía que castigarme por ello. No resultó, y qué bueno que lo vimos a tiempo, que no tenía que resultar y que haya servido como motor. Ambos salimos a buscar cosas nuevas que nos hicieran mejor individualmente.

JOSE: Si el camino ahí se bifurcó , ¿hacia dónde piensas que fue el tuyo?
TIAGO: Empecé a darme cuenta de que tenía una visión más abierta de la sexualidad que la que tenían mis pares. Sueño con la pareja regalona única, el nido de amor, esa idea de amor/sexo con la que todos sueñan porque nos la han metido en la cabeza, ahí está. Pero yo pienso que eso no es algo cerrado, no excluye otras cosas. Para mí, tu pareja tiene que ser tu mayor cómplice, y si nos gusta hacer orgías, tríos, investigar en sadomasoquismo, sexo tántrico sin tocarnos, mientras esté dentro de un acuerdo entre los dos, poder darle la bienvenida a lo que sea y hacerlo. No sé, qué ganas de que, en el colegio, cuando se haga clases de educación sexual, sea más allá de los órganos reproductores y el condón para que no se transmitan las enfermedades ni te quedes embarazada. Que haya educación del placer, que se hable de eso, de encontrar y entregar placer. Cada ser humano parte de cero la investigación sexual y eso es muy triste. A no ser que tengas la suerte de encontrar algún guía o que en tu casa se hable más abiertamente de esos temas, no sé…
JOSE: Es que no se habla tampoco. Entre hombres es bien tabú el tema porque hablarlo es delicado, porque puede quedar en evidencia que hay cosas que no manejas. No sé, la sexualidad se ha reducido a la penetración, al coito. Sería bueno dar el énfasis suficiente a todo lo que implica el llegar ahí, lo que comiste, lo que oliste, se miraron, se tocaron, bailaron… Y a la libertad posterior también, a sentirse cómodo, seguro…
TIAGO: Nuestra generación tenía mucha culpa también. Como que te decían «el sexo sucio, es malo…»
JOSE: ¿Qué es el sexo sucio?
TIAGO: Dejar libre la cabeza a todo. A someterte, dejar que te sometan, escupir, usar herramientas de placer, juguetes…
JOSE: Sipo, es que a mí también me gusta dejarlo como espacio lúdico. Cuando uno tiene una pareja con la que se caga de la risa, dar el espacio para jugar, la libertad y la confianza para poder explorar cualquier cosa, hacer tonteras, reírse de ellas…
TIAGO: Uno también se conoce mucho en la exploración, en probar, en la fantasía. La fantasía de no dejar de cumplir fantasías. Cuando una fantasía queda segregada en el lugar lejano de lo irrealizable, pasa a ser como un demonio en la cabeza, un fantasma que me pena… Me gustó la vuelta que le diste Jose, lo de que sea “lúdico”, porque «sucio» también pasa a ser un prejuicio de lo mismo…

JOSE: Lo que pasa es que suena más rico. Si es verdad, pasa al terreno de lo prohibido, le da más morbo, más excitación. Es bacán, si a mí también me gusta jugar así. Nombrarlo así también es parte de. Ahora, por ejemplo, estábamos ensayando en un parque y terminamos todos sucios, y ahí está el espacio más alucinante de la sexualidad, de volver a ser niño animal…eso de desnudarse es absolutamente poético; sacarse todo para encontrarse en la animalidad más absoluta.
TIAGO: Sí, es muy rico pertenecer a esta temporada de la humanidad, que probablemente ha sido parte de otro ciclo ya y se está repitiendo, en la que hay ruptura de paradigmas. De religión, de política…ser parte de este tiempo de cuestionar, de frenar y ver si uno está o no de acuerdo, es una suerte. Como también, para ir más aún a la contingencia, tengo la súper suerte de estar en un país que le vale dos cacahuates la pandemia.

JOSE: Es que México tiene toda una cultura de la muerte po…o sea, la cantidad de secuestros, asesinatos, la fiesta de la muerte, sin duda se lo deben tomar de otra manera.
TIAGO: No sólo tienen una relación directa, la desafían constantemente. Tienen el concepto de que la muerte decide por sí misma cuándo llega a buscarte. Entonces, ¡desafíala! Lleva tu vida al extremo constantemente. Y por lo mismo ha sido increíble ver cómo el gobierno se mete con los horarios del comercio, pero no de cómo cada uno vive su vida. Nunca se prohibió el libre desplazamiento de las personas porque este es un derecho. Y con eso, en cuanto a porcentajes, Chile está peor que México.
JOSE: Absurdo y lógico me parece.
TIAGO: Al gobierno chileno se le fue de las manos su rol, y ahí de nuevo, paradigmas conservadores. Empezaron a prohibir todo ante la incertidumbre de no saber qué hacer al respecto con un país en pleno estallido social. Es impresionante cómo ha servido esto para evidenciar la cantidad de líderes sociales que no tienen ninguna vocación social. Que pareciera no estar dentro de su sinapsis la cuestión social. Quedó claro que hay que cambiar la agujita de la brújula para saber elegir gobernadores. Al final no hay nada claro, nada seguro, nada establecido, nada comprueba qué funciona y qué no. Quizás lo más lindo del crecimiento de cada persona y por consecuencia de la sociedad, es la capacidad de autorregularse y encontrar bien la manera de cuidarse, respetarse y así, inevitablemente, cuidar y respetar al otro.
JOSE: También hay mucho de este paternalismo de considerar una elite que siente que le tiene que enseñar al resto porque el resto son una tropa de ignorantes. Entonces este grupo con complejo dictatorial, se encarga de enseñar al resto cómo tiene que vivir, qué tiene que hacer. Nosotros también hemos permitido que esto ocurra, hemos entregado nuestra libertad a otras personas y ahora estamos pagando las consecuencias de haberla cedido, por haber tenido poco dominio de nosotros mismos, de no habernos hecho cargo de nuestra propia autoridad, la hemos delegado a otras personas por confiar poco en ese poder de cada uno. Tiene que ver con la libertad. Con lo que dices de la autogestión. A mí me gusta la anarquía autorregulada. Porque existe este prejuicio de que la anarquía es un despelote, pero el universo y la naturaleza son lo más anárquicos que hay y no hay ningún despelote.
TIAGO: Es que desde el colegio hay equivocaciones de conceptos, ignorancia en las definiciones. La irreverencia parecía ser simplemente ir contra todo y no po’, la irreverencia es lo más lindo que hay, es atreverse a cuestionar lo que hay para ponerlo en revisión, deconstruirlo y construirlo mejor, es un acto de coraje…

JOSE: Oye espérate, volvamos al amor, ¿qué decías del amor?
TIAGO: O sea, el amor es un motor tan grande, sin amor la vida es muy fome. Cuando uno se siente enamorado por primera vez es capaz de todo. Estás realmente convencido y dispuesto a hacerlo todo. Luego hay un camino como de decepción en base a pencazos, desilusiones románticas, engaños, mentiras, el enganche pasa a ser más consciente…pero después siento que viene como un regreso al encanto, a ser enamorado y pasa eso mismo que decíamos antes. Yo me siento muy afortunado porque con mis amigos teníamos un diálogo súper rico en base a esos temas, debates hippies muy lindos, pero ¿cuál es el porcentaje de gente que pueda hablar realmente libre de estos temas? No se habla y no se educa. Cómo permitirte amar, cómo se construye un amor, ¿se construye un amor o se descubre? En la casa tampoco hay diálogo sobre el amor, con papá y mamá, no se conversa de eso.
JOSE: Es que existe sólo la visión infantil del amor, como que siempre se transforma en el amor romántico no más, no se entiende el amor como aquel amor maduro, un amor que respeta y es capaz de convivir con las múltiples dimensiones de otra persona. El amor como un viaje de evolución, que es un intercambio. Sea con la pareja o las relaciones más íntimas que uno decide establecer, cultivar, mantener…
TIAGO: Claro, esto que se viene hablando hace tiempo del amor de Disney. Del paradigma de la princesa y el príncipe y cómo esperamos eso del otro. Y tenemos que darnos cuenta a porrazos que no, que no respondemos a ese paradigma ni la persona que tenemos al lado nos lo va a satisfacer. ¡No quiero ser el príncipe azul de nadie, qué flojera! Y en un principio nos defraudamos, pero luego es tremendamente liberador. Dejamos de esperar eso, nos permitimos ser otro, te das cuenta que no tienes que vender ninguna imagen, no tienes que salvar a nadie de las garras de su familia, no tienes que liberar a nadie, ni nada de toda esa historia machista terrible.
JOSE: ¿Y dónde estás ahora al respecto?
TIAGO: Estoy súper clavado con la palabra complicidad, dentro del amor, de la sexualidad, del camino de la amistad, profesional, creativo. Entender que todo es orgánico porque es anárquico, anárquico porque es orgánico. Estar abierto a la posibilidad de que hoy, yo contigo tenemos una visión del amor y quizás algo nos pasa hoy en la noche que mañana nos levantamos y decimos “Quizás no era tan cierto eso que pensábamos». Pero nos asusta demasiado ponerlo en debate. Replantearse las cosas, no sé. Yo sigo en la búsqueda de ser lo más libre de prejuicios conmigo mismo ante todo y en todo ámbito, en lo profesional también…ser más libre, no apresarse.
JOSE: ¿Por ejemplo? A ver explícate…
TIAGO: Yo por mucho tiempo quise ser exitoso. Por lo general no lo verbalizamos mucho porque no es tan políticamente correcto decirlo, pero todos queremos ser exitosos en lo que hacemos. El problema es cuando buscas el éxito sin buscar el crecimiento personal y creativo. Para mí, el éxito tiene que ver con ser realmente honesto, brutalmente honesto, en lo que quiero hacer y cómo quiero hacerlo según lo que estoy viviendo en el momento. Y atreverse a expresarlo de la forma de arte que sea mejor para ese mensaje. Puede ser una película, una serie, una obra de danza, un libro.
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