FOTOS: NACHO ROJAS STYLING: NATALIA SCHWARZENBERG HAIR & MAKEUP: MARCELO BHANU
Fue un año después de su cuarto lugar en Londres cuando, en un cumpleaños de un amigo en común, nos conocimos con Tomás. Terminamos con piscola en mano conversando de deporte, de los Juegos Olímpicos, de la política, de viajes y, en fin, de la vida. A casi diez años de ese carrete, las juntas siguen siendo en esa línea. Nos contamos anécdotas, hablamos de los cantantes que nos gustan, organizamos previas y panoramas para los fines de semana (cuando se podía) y nos ponemos al día tanto de nuestras propias vidas como también del acontecer de Chile y el mundo. Siempre con copa en mano. Esto, claro, si al día siguiente no le toca entrenar. Algo que por lo que en general, solo es posible los sábados.
Juan: ¿Qué echas de menos de los tiempos no pandémicos?
Tomás: El contacto con la gente, el contacto social. Poder ver a tus amigos sin tanta restricción, poder tener un fin de semana normal, por así decirlo. Poder salir a bailar, poder salir a comer tranquilo. Creo que eso es lo que más echo de menos. Por otra parte, lo que me ha afectado, y lo más complejo para todos, es la incertidumbre. Mi entrenamiento es mi trabajo, y ahora estoy entrenando con un calendario que no es 100% seguro. Por ejemplo, hace poco cancelaron una copa del mundo que tenía en Alemania. Tenía otra competencia en Azerbaijan, pero también la cancelaron. Nos estamos preparando para un panorama que es súper incierto.
Juan: Por lo menos tienes a Frida, tu pug. Para la compañía en el encierro.
Tomás: Así es, Frida ha sido un gran soporte emocional en esta pandemia. Me la regalaron por mi final olímpica de Rio el año 2016 y desde ese minuto hace que mis días sean más alegres.
Juan: ¿No te da cosa ir a Japón, a los Juegos Olímpicos, en este mundo pandémico?
Tomás: No es que me complique, pero me asusta un poco ir a cualquier lado. Uno ya no sabe qué esperar del coronavirus, de las nuevas variantes que han aparecido en Japón o en Inglaterra. Es complejo mantener la motivación así


Juan: A todo esto ¿te vas a vacunar? ¿Hay cachado las polémicas con los antivacunas que aseguran que te pondrían un chip o que nos conectarán al 5G e incluso que nos pondremos a hablar en ruso?
Tomás: Sí, me voy a vacunar. Soy kinesiólogo, así que igual tengo conocimientos en el área de la salud. En Chile hay buenas vacunas. Si es una vacuna que cumple con todos los estudios ¿por qué no me vacunaría? Al final es una vacuna más. Podrá mejorarse en el tiempo. Vacunarse es también un tema de responsabilidad.
Juan:¿Cuál es la teoría más insólita que te ha tocado ver de los antivacunas?
Tomás: Es que hoy en día se puede ver, escuchar o leer, tanta información falsa. El tema que nos van a poner un chip, eso mismo que mencionas del 5G y todas esas teorías conspirativas que al final confunden a la gente y no contribuyen a educar.

Juan: Volviendo un poco a las restricciones por la pandemia. Tú igual eres bueno para salir a bailar ¿cuánto echas de menos las discos y el leseo?
Tomás: Pucha, harto la verdad. Era mi vía de escape para poder relajarme un rato los sábados, ya que el resto de los días entreno. Cuando podía nos juntábamos con amigos a bailar o a tomarnos algo y ahora es súper complicado. Si logro ver a algún amigo, tiene que ser en la semana y que en el que yo, al día siguiente, tenga carga baja de entrenamiento. Echo de menos los espacios de esparcimiento más tranquilos y relajados. Espero que podamos volver pronto a alguna fiesta o a un concierto.
Juan:¿Te acordai cuando fuimos a ver a Lorde?
Tomás: Sí. Para mí esos momentos son uno de los mejores recuerdos que tengo de conciertos. Lorde, obviamente, cuando estuvimos ahí en el festival viéndola en vivo, bailando, cantando. Pucha, es raro verlo ahora desde la perspectiva de la pandemia. Se ve tan lejano y ahora como que uno lo valora más.
Juan: Es difícil imaginar ahora un lugar lleno de gente saltando con un cantante al frente.
Tomás: Claro, y el mismo tema de las mascarillas o cuando te comprabas algo para tomar y era normal que te dieran un vaso, pero ahora con todo esto del contacto y el distanciamiento se ve todo distinto y se echa de menos.
Juan:¿Qué otro concierto recuerdas?
Tomás: Soy fanático de Jamiroquai, lo he visto una vez. Recuerdo la primera vez que vino el año 97, yo tenía recién 12 años. Era fanático, tenía el cassette. Pero no pude ir porque tenía una competencia nacional. Lo logré ver el 2011 en el Movistar Arena. Y siempre lo volvería a ver, porque es uno de mis grupos favoritos.
Juan:¿Qué cantante sientes que te falta ver?
Tomás:¡Dua Lipa! Dentro de lo homogéneo que es el panorama de los grandes artistas, ella tiene un sello distinto y me gusta harto su música y ella en general. Y por supuesto Harry Styles. Está llegando a otro nivel. Es inevitable escuchar una canción de él y quedarse pegado.

Juan: A propósito de los artistas ingleses ¿estuviste en el cierre u obertura de los Juegos Olímpicos de Londres?
Tomás: Lamentablemente no pude estar porque la gimnasia es uno de los deportes que abren los Juegos Olímpicos y duran tres semanas aproximadamente. Tuve la oportunidad de ir a la inauguración, porque me iban a elegir como abanderado, pero tuve que decir que no podía porque tenía que competir a la mañana siguiente y en general esas ceremonias son muy largas. Hay que caminar mucho y como iba con opciones en suelo y salto tenía que estar bien recuperado de las piernas.
Juan: Por tu pega te ha tocado viajar harto y has conocido a mucha gente ¿cuál ha sido el episodio en el que más hayas sentido algo así como «qué hago aquí»?
Tomás: Fue una gira presidencial con Michelle Bachelet en 2009. Fuimos al vaticano en una comitiva para conmemorar el acuerdo de paz entre Chile y Argentina con la mediación papal que evitó la guerra. ¡Fue de un día para otro! Me dijeron que la presidenta quería que yo formara parte de la comitiva en la que estaban personas de distintas áreas y yo fui en representación de la juventud y el deporte. Estaba la Manuela Martelli, y personajes súper conocidos, pero no me sé sus nombres. Había políticos de izquierda, de derecha, de centro, de todos lados. Había empresarios y distintos representantes.


Juan:¿Se fueron todos en el avión presidencial?
Tomás: Sí.
Juan:¿Y qué se conversa en un avión presidencial?
Tomás: La verdad es que no conocía a casi nadie y había harto espacio, entonces no hable mucho.
Juan:¿Y cómo es el avión?
Tomás: Es un avión normal, nada del otro mundo. Obviamente la presidenta viajaba en una recámara más privada y nosotros íbamos como si fuese un vuelo comercial pero con más espacio. Al llegar a Roma nos quedamos en un hotel increíble que era de no sé qué siglo. Recuerdo también todo el tema de los protocolos, tuve que llevar una tenida súper elegante. Traté que me asistieran un poco, porque yo no tenía idea de cómo tenía que ir vestido al Vaticano para saludar al Papa.
Juan: Algo piola.
Tomás: Claro, iba un poco asustado pero fue muy buena experiencia. Conocí a Benedicto XVI y creo que nunca más podré vivir esa experiencia porque pudimos visitar salones que no están abiertos al público.
Juan:¿Eres creyente?
Tomás: Mi mamá es súper católica y creo que nadie más en mi familia. De ahí vendría yo creyendo a mi manera. Estudié en un colegio católico, pero no extremo. Mi colegio era súper abierto en ese sentido. Hice la primera comunión pero no me confirmé porque estaba entrenando fuera de Chile, pero tampoco lo hice después. Creo a mi manera, no comparto la postura actual de la iglesia católica que es bien restrictiva y que tiene cosas medias ilógicas desde mi punto de vista.
Juan: Cambiemos de tema. Igual que lata hablar de religión, futbol o política.
Tomás:¡A ti te gusta la política! Pero a mí no mucho.
Juan: Pero igual me preguntas cosas de política jaja.
Tomás: Obvio, porque hay que culturizarse y ahí tú eres mi fuente directa de lo político.
Juan: Una cosa que creo que nunca te he preguntado es esta ¿de dónde nace tu gusto por el tequila?
Tomás: Tengo noción de la existencia del tequila por un viaje familiar a México que hicimos el año 94. Recorrimos varias ciudades, fuimos a Cancún, vimos las pirámides y el tema del tequila. Obviamente a nosotros, como éramos menores de edad, nos daban Sprite. Pero nos mostraron todo el show que hacen con los golpeaditos y es desde ahí que tengo noción del tequila. Ya de grande lo probé y me encantó. Para mí es símbolo de celebración. Siento que el tequila siempre tiene que estar presente en celebraciones especiales. Para mi cumpleaños por ejemplo, para celebrar algo especial. Y si voy a México trato siempre de traer un buen tequila. Para mí el mejor es Don Julio
Juan: Tú eres más de shot de tequila que de trago con tequila.
Tomás: Sí. En general me gustan los tragos más fuertes. Como el negroni y también la piscola, que la asocio también a buenas celebraciones. Con la piscola me siento súper chileno.
La conversación termina con Tomás desde su terraza. En Santiago el calor no ha dado descanso. Algo muy distinto a lo que yo miraba por mi ventana desde Coyhaique. ¿Cómo está el clima por allá?, me pregunta. Le respondí que por el sur estábamos pasando un “invierano”. Tomé mi computador y le mostré el lluvioso panorama. Aprovecha, me dijo. Acá está brígido. Entonces habrá que tomar algo para el calor cuando llegue.